Los medios de comunicación bombardean a la
población y concretamente a los adolescentes, aprovechando la incertidumbre y
curiosidad que en ellos reina para moldearlos al antojo de la sociedad.
Aunque son cinco los tipos de medio de comunicación masiva que llegan a los
adolescentes, son especialmente dos por lo que los padres deben preocuparse:
la televisión e Internet.
Los adolescentes juegan un papel de mercancía de la sociedad de consumo.
Por ello, yo calificaría a la televisión y a internet como armas de doble
filo.
Por un lado, si son
empleadas sabiamente son herramientas que sirven para informar y enseñar.
Gracias a ellas hoy día podemos comunicarnos con todo el mundo y saber qué
ocurre en cada país y en cada momento. Son una inmensa fuente de información
con contenidos lúdicos e inmensamente interesantes de gran utilidad en la vida
diaria que amplían los horizontes y conocimientos de todo aquello que se desee.
Muchos adolescentes identifican el mundo real con lo que observan en la televisión e Internet De ahí que la reiterada exposición de violencia, la explotación del sexo y el placer o los modelos estereotipados que se presentan provocan en los adolescentes una grave distorsión de valores desembocando en comportamientos violentos y de riesgo como las relaciones sexuales precoces; dando como resultado un incremento de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual entre los adolescentes. Por ello, el problema viene cuando los adolescentes no saben o no pueden distinguir entre aquello que les aporta algún bien o que le es dañino.
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